La influencia de la luna en la agricultura

Antes de iniciar un cultivo, los productores agrícolas no solo consideran el suelo, la disponibilidad de agua y las semillas, sino que también suelen tomar en cuenta las fases de la luna, pues tradicionalmente se cree que este método garantiza mayores rendimientos en la plantación y mejor fijación de nutrientes en los suelos. 

Este método se basa en un aspecto fundamental de la luna: la fuerza gravitatoria. Esta fuerza gravitacional de la luna atrae la savia de las plantas que se concentra en las raíces o en las hojas según el ciclo de la luna. Es por ello que los agricultores vinculan las fases lunares con aspectos agrícolas elementales, como la germinación y el crecimiento de las plantas ¿Cómo sucede esto?

1. Luna nueva. Crecimiento más lento de las especies vegetales. En este periodo la savia de las plantas se concentra en las raíces y existe gran disponibilidad de agua en el suelo, por lo que se recomienda remover las malezas, abonar los cultivos, retirar hojas marchitas y podar.
2. Cuarto creciente. En esta fase, la savia se mueve desde las raíces hasta la parte superior de las plantas, proporcionando un crecimiento equilibrado de las especies. Además, el suelo tiene mayor cantidad de agua por lo que se pueden sembrar semillas de germinado rápido. 3. Durante esta etapa, se recomienda evitar el riego en plantas con flor.
3. Luna llena. Este periodo se asocia con un acelerado crecimiento de las hojas de las plantas, que se debe a que la radiación que refleja la luna alcanza su punto máximo en esta etapa. La vegetación cuenta con un mayor movimiento  interno de agua y savia. Sin embargo, también hay aspectos negativos como una mayor proliferación de plagas.
4. Cuarto menguante. Durante este periodo, la savia de las plantas desciende hasta las raíces, lo que ocasiona un lento desarrollo del follaje y un aumento en el desarrollo de la parte inferior de las plantas. Se recomienda sembrar tubérculos en esta etapa. 

Cabe mencionar que toda esta información se ha recopilado de las prácticas de los agricultores a lo largo del tiempo. De todas formas, para obtener un cultivo exitoso se necesita, además de las fases de la luna, un correcto abonado y riego.