La agricultura mexicana frente a los aranceles de Trump

México se ha consolidado como un actor fundamental en el sector agroalimentario de América del Norte, manteniendo una relación comercial estratégica con Estados Unidos. En 2023, las exportaciones mexicanas de productos agropecuarios y agroindustriales a su vecino del norte alcanzaron un valor récord de 50 mil millones de dólares, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Este intercambio comercial no solo beneficia a ambos países, sino que también refuerza la interdependencia en productos clave como el maíz, la carne y los lácteos.

Sin embargo, este panorama positivo podría verse afectado por la posible imposición de aranceles por parte del gobierno de Donald Trump. Expertos advierten que medidas proteccionistas podrían encarecer los productos mexicanos, reduciendo su competitividad en el mercado estadounidense. Además, los consumidores en ambos lados de la frontera podrían enfrentar precios más altos, lo que generaría un impacto negativo en la economía regional.

México es el principal comprador mundial de productos agrícolas estadounidenses como maíz, trigo, soya, cerdo y pollo. Esta relación comercial simbiótica ha permitido que ambos países se beneficien mutuamente, pero también los hace vulnerables a las tensiones políticas. Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), destaca que cualquier medida arancelaria no solo afectaría a los productores mexicanos, sino también a los agricultores y comercializadores estadounidenses.

Entre los productos que podrían verse más afectados por los aranceles se encuentran el azúcar y el tomate, rubros que ya enfrentan acuerdos de suspensión y que deberán ser renegociados entre 2025 y 2026. En este contexto, la incertidumbre sobre las políticas comerciales de Trump genera preocupación en el sector. Tenorio estima que hay un 50% de probabilidad de que Estados Unidos aplique un arancel del 25% a los productos mexicanos, aunque también podría optar por medidas selectivas. Lo cierto es que, en un escenario de tensiones comerciales, la agricultura mexicana y su relación con Estados Unidos enfrentan desafíos significativos que requerirán diálogo y estrategias conjuntas para superarlos.