Taiwán toma medidas extremas contra plagas de iguanas en sus cultivos
El gobierno taiwanés planea sacrificar hasta 120,000 iguanas verdes debido al impacto negativo que estas especies invasoras han generado en la agricultura local.
El gobierno de Taiwán ha decidido implementar medidas drásticas ante el creciente daño que las iguanas verdes están ocasionando en el sector agrícola. Estas especies, consideradas invasoras, han proliferado rápidamente, comprometiendo la producción de cultivos esenciales y afectando la economía rural de la región. Los expertos señalan que las iguanas no tienen depredadores naturales en la isla, lo que ha llevado a un descontrol poblacional.
De acuerdo con las autoridades locales, el plan contempla el sacrificio de hasta 120,000 iguanas en 2025. Esta acción, aunque controversial, busca mitigar las pérdidas económicas que las comunidades agrícolas han reportado en los últimos años. Las iguanas verdes, originarias de América Central y del Sur, se alimentan de frutas, hojas y brotes, lo que las convierte en una amenaza directa para los agricultores taiwaneses.
Además del impacto económico, estas especies invasoras han generado problemas ecológicos significativos. Al no formar parte del ecosistema local, las iguanas verdes alteran el equilibrio natural, desplazando a otras especies y degradando el hábitat. El gobierno ha solicitado la cooperación de la población para capturarlas y entregar a las autoridades correspondientes.
Aunque esta medida ha desatado debates entre grupos ecologistas y defensores de los derechos de los animales, el gobierno argumenta que no existen alternativas efectivas a corto plazo. "Es una decisión difícil, pero necesaria para proteger la agricultura y los medios de vida de muchas familias", aseguró un portavoz del Ministerio de Agricultura.
Taiwán también ha anunciado planes para fortalecer la educación ambiental y desarrollar estrategias de prevención que eviten nuevas invasiones de especies no nativas. De esta manera, el país busca garantizar la sostenibilidad de sus recursos agrícolas a largo plazo, a la vez que equilibra la protección ambiental con las necesidades de su población.