Riesgos agroclimáticos afectan a especies de nuestra biodiversidad

Ante situaciones críticas o de emergencia es muy importante tener información veraz y de primera fuente para tomar acertadas decisiones. Esa es regla básica para la vida y, sobre todo, en las políticas públicas y acciones que ponen en riesgo la salud y el bienestar de la población.

Actualmente, en nuestro país se están sintiendo los efectos de la crisis climática y la presencia del fenómeno El Niño global, hechos que están generando cambios poco usuales y extremos en diversas regiones y actividades económicas. En ese contexto, la agricultura es uno de los principales sectores que podrían verse gravemente afectados. 

Así, en lugares donde antes llovía, ahora hay sequía; en territorios desérticos ahora hay precipitaciones abundantes, que producen inundaciones que, en su camino, arrasan tierras de cultivos. Al afectarse los sembríos, hay escases de los productos alimenticios, lo cual, a su vez, ocasiona el incremento de su precio en los mercados.

Información para prevenir

Frente a ese eventual panorama, el Ministerio del Ambiente (Minam), a través de su Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), ha implementado una plataforma informativa denominada Pronóstico de Riesgo Agroclimático (Pronóstico de Riesgo Agroclimático, donde se analizan las dinámicas cambiantes del territorio según las variaciones de sus componentes en el tiempo y en el espacio, lo que requiere el monitoreo y la actualización continua de los datos. En este espacio se pueden encontrar los riesgos agroclimáticos de diferentes especies de nuestra biodiversidad.

A continuación, se presentan los riesgos agroclimáticos más relevantes para algunas especies de uso frecuente en nuestra alimentación.

Arroz

Las regiones donde se cultiva el arroz serían impactadas, según revela el Pronóstico de Riesgo Agroclimático (agosto-octubre) elaborado por el Senamhi. La costa norte del país seguirá impactada por El Niño costero. En Lambayeque, las pocas o nulas lluvias, en setiembre, serían desfavorables para preparar los terrenos e instalación de almácigos, advierten los especialistas.

En la costa sur, el riesgo aumentaría por las precipitaciones que estarán por debajo de sus niveles normales. En la selva norte, en setiembre se prevén escasas lluvias, lo que afectaría las necesidades hídricas de este cultivo.

Papa 

En la costa central y sur, hasta octubre persistiría la incidencia de plagas como la mosca minadora, minador de brotes y prodiplosis, entre otras, asociadas a las condiciones térmicas cálidas, por lo que el riesgo estimado podría incrementarse hasta un nivel alto, especialmente en la zona central, donde, además, se prevén lluvias superiores a su normal entre septiembre y octubre. 

Estas condiciones demandarán más abastecimiento de agua en los sembríos. No se descarta la aparición de síntomas de estrés hídrico (marchitez de hojas), lo que repercutiría en la producción. 

En la sierra norte, en este mes, no se descarta la aparición de problemas fitosanitarios asociados a la alta humedad. En la vertiente oriental de la sierra central, en setiembre, las lluvias inferiores a su promedio climático, temperaturas diurnas cálidas y noches más frías de los habitual afectarían la zona. Los factores de riesgo podrían alcanzar hasta un nivel alto.

Maíz

Sobre el maíz, debe tenerse en cuenta que la costa norte continua bajo un escenario de El Niño costero entre fuerte a moderado, lo cual se relaciona con un riesgo agroclimático medio hasta octubre. En la sierra central, hay un nivel de riesgo que podría incrementarse por la presencia de heladas. En la sierra sur, hacia octubre, la deficiencia de lluvias podría condicionar un nivel de riesgo entre bajo a medio.

Frijol

En la sierra norte, actualmente hay alerta de El Niño costero. Se prevén temperaturas diurnas y nocturnas cálidas. Las lluvias se podrían incrementar hacia octubre. Estas condiciones de deficiencia de humedad y temperaturas cálidas serían desfavorables para el inicio de prefloración y floración. Además, debido a la estación, no se descarta descensos bruscos de temperaturas y heladas que podrían afectar a las plantaciones ubicadas en la vertiente oriental.

En la selva central, la persistencia de condiciones cálidas continuaría generando riesgo por estrés debido a altas temperaturas y bajas precipitaciones.