El consumo de insectos crece como solución frente a la crisis alimentaria
Los insectos son ricos en nutrientes, requieren menos recursos y reducen las emisiones de carbono. Su consumo se perfila como solución ante la crisis alimentaria global.
La creciente crisis alimentaria y la búsqueda de alternativas sostenibles han puesto en el foco a los insectos como una solución viable para el futuro. La entomofagia, o consumo de insectos, se perfila como una opción nutritiva y amigable con el medio ambiente, respaldada por organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Empresas como Sustainable Food Group trabajan para consolidar esta práctica y llevarla a más mercados, aunque enfrentan importantes retos culturales.
La FAO destaca que los insectos tienen un alto valor nutricional, con el potencial de superar a fuentes de proteínas tradicionales. Por ejemplo, el grillo común (Acheta domesticus) contiene el doble de proteína que la carne de res y aporta nutrientes esenciales como calcio, magnesio y vitamina B12. "El insecto puede ser nuestro mejor aliado para combatir la desnutrición y la escasez alimentaria para el futuro", explica Patricio Gutiérrez, CEO de Sustainable Food Group.
El cultivo de insectos para el consumo humano requiere menos recursos naturales en comparación con la ganadería tradicional. Según la FAO, los grillos consumen hasta 12 veces menos alimento que el ganado vacío para generar la misma cantidad de proteína. Además, Gutiérrez resalta: “Nuestro impacto ambiental es totalmente positivo. Somos carbono negativo en nuestra producción de materia prima”.
Aunque el consumo de insectos es común en regiones de Asia y África, en Occidente aún genera resistencia. Sin embargo, Gutiérrez destaca que países como México tienen una ventaja cultural: "México es muy noble para esto, ya que es un país que acostumbra a comer insectos y no lo ve mal. Tenemos esta ventaja. Sin embargo, la aceptación general es compleja , pero no nos damos por vencidos".
De acuerdo con un informe de Meticulous Research, el mercado de insectos comestibles podría alcanzar los 8 mil millones de dólares en 2030, impulsado por una mayor conciencia sobre la sostenibilidad y el desarrollo de productos innovadores. Empresas emergentes y grandes corporaciones están trabajando para mejorar la presentación y el sabor de estos alimentos.
Con una población mundial en constante crecimiento, el consumo de insectos podría integrarse cada vez más en las dietas globales. Gutiérrez es optimista sobre el futuro: “En los próximos cinco años, esta industria va a estar mucho más consolidada a nivel mundial”. Con el apoyo de la tecnología y la inversión, el consumo de insectos podría ser clave para garantizar la seguridad alimentaria del planeta.
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