La desalinización impulsa la agricultura en zonas áridas
La implementación de tecnologías de desalinización de agua salobre está ofreciendo a los agricultores una alternativa viable para el riego en regiones afectadas por la escasez hídrica.
En respuesta a las crecientes sequías y al cambio climático, la desalinización de agua salobre emerge como una solución prometedora para la agricultura en regiones áridas. Tradicionalmente, esta tecnología se consideraba demasiado costosa para el riego agrícola; Sin embargo, recientes avances han reducido significativamente los costos, haciéndola más accesible para los agricultores.
Proyectos piloto en Texas y California están demostrando la viabilidad de utilizar agua desalada para cultivos sensibles a la salinidad. Estas iniciativas no solo proporcionan una fuente confiable de agua, sino que también ayudan a conservar los recursos hídricos tradicionales, aliviando la presión sobre acuíferos y ríos.
A nivel internacional, países como Chipre están incrementando el uso de plantas desalinizadoras para enfrentar la escasez de agua. El gobierno chipriota ha anunciado planes para ampliar y mejorar sus instalaciones de desalinización, con el objetivo de cuadruplicar la producción diaria de agua potable en la próxima década.
En Chile, se ha desarrollado una desaladora móvil capaz de suministrar cinco litros de agua por segundo, apta para el riego de vegetales y frutas. Este proyecto pionero busca replicar el uso de agua desalada en la agricultura chilena, ofreciendo una solución innovadora para zonas con escasez hídrica.
Aunque la desalinización no es una solución general, su integración con otras prácticas sostenibles, como la captación de agua de lluvia y la mejora de infraestructuras, puede fortalecer la seguridad hídrica en el sector agrícola. La inversión en tecnologías de desalinización representa un paso significativo hacia una agricultura más resiliente y sostenible en un contexto de cambio climático.