El impacto social y económico del desarrollo rural sustentable

Las buenas prácticas sustentables que buscan reducir la contaminación ambiental y cuidar nuestro planeta cada vez están ganando visibilidad en los diferentes campos de trabajo, como es el caso del sector agrícola.

En este contexto, la producción agrícola sostenible tiene la tarea de preservar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático, siendo este último el factor responsable de las grandes sequías e inundaciones que afectan la industria productora de alimentos.

De esta manera, la agricultura sustentable contribuye a mejorar la calidad ambiental, al mismo tiempo que satisface las necesidades básicas de fibra y alimentos. Además que es económicamente viable y mejora la calidad de vida del productor y la sociedad.

A través del desarrollo sostenible, el sector agrícola puede aumentar sus producciones generando importantes beneficios económicos, sociales y ambientales. A continuación, te explicamos cómo:

Por un lado, los costos de producción se reducen en un 45% en comparación a los sistemas tradicionales, ya que el uso de insumos externos como fertilizantes, pesticidas y herbicidas es en menor cantidad. 

Por otro lado, el impacto en lo social se refleja en una mejor calidad de vida para las comunidades rurales, ya que pueden aumentar y diversificar sus fuentes de empleo y obtener más ingresos. En otras palabras, mayor comercialización con mejores productos.

Finalmente, desde las prácticas verdes, los terrenos desgastados por la agricultura convencional se convierten en suelos nuevos que permiten incrementar la productividad, diversificando los cultivos e incorporando constantemente materia orgánica para hacerlos fértiles. 

Desde luego, el desarrollo de la agricultura sostenible requiere de la participación e inversión de las instituciones públicas, empresas privadas y financiadores para lograr que la producción sea de calidad para los consumidores y responsable con el planeta.