La agricultura italiana se encuentra amenazada por la sequía
La producción del país europeo está en riesgo
El año pasado, Italia sufrió la peor sequía de los últimos 500 años, lo que causó serios problemas en la agricultura del norte del país, con pérdidas valoradas en 6 000 millones de euros. Lo preocupante es que para este 2023 se proyecta un peor escenario.
Actualmente, hay muchas zonas del norte donde no hay lluvias. Por ejemplo, en Verona, a 160 kilómetros de Milán, el río Adige es una sombra de sí mismo; mientras que en Vicenza, a unos 70 kilómetros de Venecia, los largos pórticos que en su día protegían a los transeúntes de la lluvia ya son inútiles.
De acuerdo a expertos en el sector, la zona norte de Italia ha sufrido un descenso del 40% en las precipitaciones y 300 000 empresas agrícolas atraviesan un momento duro.
Cabe señalar que sin lluvia los agricultores no tienen agua, y sin este recurso no pueden regar los campos; por ende, cada vez llegan menos frutas y verduras a las tiendas, según los pobladores del lugar.
“La situación es más grave que el año pasado, el déficit hídrico es mayor: se esperan lluvias en los próximos días, pero corremos el riesgo de quedarnos en una situación muy preocupante. Se ha calculado que haría falta un mes de lluvias para compensar el déficit creado durante este invierno tan seco. Es una situación muy preocupante”, comentó Lorenzo Bazzana, responsable económico de Coldiretti.
En el 2017, Coldiretti presentó un plan para construir embalses de diferentes tamaños para almacenar el agua de las lluvias en varios lugares del país europeo. “En algunos casos, las estructuras ya se han inaugurado, pero en la gran mayoría estamos a la espera de que las autoridades responsables den el visto bueno, de que empiece la financiación, de que comiencen las obras”, señaló Bazzana.
Por otro lado, el grupo de hidráulica agraria de la Universidad de Milán, lleva a cabo varios proyectos destinados a encontrar y transferir soluciones para la gestión sostenible de los recursos hídricos centrándose en las técnicas tradicionales, como las técnicas de riego superficial y por inundación.