Cosechas más sostenibles gracias al nuevo método “Push-pull”

Un grupo de  investigadores de la Universidad de Cornell en Estados Unidos ha llevado a cabo una investigación sobre una innovadora técnica agrícola conocida como "push-pull", implementada en el oeste de Kenia. Los resultados obtenidos han demostrado su impacto positivo en el control de plagas y el incremento del rendimiento del cultivo, lo cual podría tener notables beneficios económicos y ambientales al reducir la necesidad de pesticidas.

El método "push-pull" se basa en la utilización de dos cultivos subsidiarios en conjunto con el cultivo principal, como el maíz. Una planta "repelente" (por ejemplo, una leguminosa) se intercala en filas entre las plantas de maíz, mientras que otra planta que "atrapa" las plagas (como el pasto elefante) se siembra alrededor del campo de maíz.

Las plantas repelentes emiten sustancias que ahuyentan a los escarabajos hembra cuando buscan lugares para depositar sus huevos, redirigiéndolas hacia las plantas trampa. Sin embargo, estas últimas actúan como hospedantes de baja calidad, provocando que aproximadamente el 80% de las larvas mueran antes de alcanzar la edad adulta.

El estudiante de doctorado en el departamento de entomología, Tim Luttermoser, quien dirigió la investigación, destacó el hallazgo más importante: el sistema "push-pull" va mejorando con el tiempo, lo que ha permitido a los agricultores obtener cosechas dos o tres veces mayores.

"Observamos que en los campos de maíz donde esta práctica se había implementado durante más tiempo, había una disminución en la presencia de plagas y un aumento significativo en la producción", comentó Luttermoser.

Además, los investigadores señalaron que las técnicas de manejo de plagas basadas en la intensificación ecológica, como el sistema "push-pull", son más sostenibles en comparación con los pesticidas químicos. Las plagas pueden desarrollar resistencia ante los pesticidas, pero rara vez se adaptan a los sistemas de intensificación ecológica, lo cual los hace menos propensos a desarrollar resistencia.

Así pues, esta innovadora técnica agrícola tiene el potencial de contribuir significativamente a mejorar los rendimientos y fomentar la fertilidad del suelo. Al evitar la dependencia de pesticidas se da un importante paso hacia la consecución de cosechas más sostenibles y amigables con el medio ambiente.