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Nucleo Rural
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El desperdicio alimentario afecta al medio ambiente y a la economía familiar

El actual desperdicio representa entre el 8 y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

El desperdicio alimentario afecta al medio ambiente y a la economía familiar
El desperdicio alimentario afecta al medio ambiente y a la economía familiar

En un contexto donde adquirir más allá de nuestras necesidades se equipara a producir en exceso, ambos comportamientos generan un desequilibrio en los recursos disponibles. La adquisición innecesaria y la sobreproducción no solo impactan negativamente en la economía, sino que también conllevan consecuencias medioambientales al contaminar diversos medios de producción.

La dimensión medioambiental de este problema radica en que el actual desperdicio representa entre el 8 y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Desde la producción hasta la eliminación de residuos, cada etapa contribuye a un impacto acumulativo perjudicial cuando no se pueden reciclar o reutilizar.

El impacto económico no es menos significativo. Ignorar o menospreciar el trabajo de agricultores y ganaderos, así como el valor de la producción, incrementa ficticiamente los costos de producción. El uso innecesario de insumos solo para alimentos destinados a la basura distorsiona la cadena agropecuaria.

La FAO de Naciones Unidas destaca que, dependiendo de la dieta, se necesitan 3,000 litros de agua diarios por persona para producir alimentos. En España, por ejemplo, el desperdicio de 28 kg/persona al año equivale a 230 litros de agua diarios. 

La comprensión de los vínculos entre 'desperdicio alimentario y escasez de alimentos', 'desperdicio alimentario y daños ambientales', o 'desperdicio alimentario y aumento de precios y costos de producción' es esencial. A pesar de ello, todos contribuimos, de alguna manera, a perpetuar este problema.

Frente a este desafío, la coherencia y el ejemplo son cruciales. La producción y el consumo sostenibles, combinados con una planificación y compra responsables, se presentan como soluciones directas y efectivas. Adoptar actitudes positivas no solo beneficia al medio ambiente, sino que también impacta positivamente en la economía familiar.