Pequeños agricultores peruanos en Piura enfrentan fuerte sequía
Mientras las grandes empresas tienen acceso a reservorios privados de agua, los agricultores enfrentan pérdidas de más de 30 mdd en exportaciones.
La región de Piura enfrenta una crisis hídrica sin precedentes, con reservorios como Poechos y San Lorenzo en niveles críticos y cultivos clave como el arroz, el limón y el plátano en grave riesgo. La falta de agua afecta tanto al consumo humano como a la agricultura, obligando a implementar medidas de emergencia. No obstante, esto no parece afectar la producción de las grandes empresas con acceso a sus propios reservorios.
La presa de Poechos, una de las principales abastecedoras de agua, opera con un volumen crítico de apenas 2% de su capacidad, de acuerdo con datos de EPS (Empresa Prestadora de Servicios de Saneamiento) Grau. En San Lorenzo, la situación es similar: los turnos de riego han reducido la liberación de agua, afectando a millas de agricultores y poniendo en riesgo más de mil hectáreas de cultivos de arroz, una pérdida económica estimada en 10 millones de soles.
No obstante, empresas como Caña Brava de Dionisio Romero Paoletti, uno de los empresarios más ricos del Perú, tienen acceso a reservorios privados para su cultivo de azúcar. Esto les permite mantener operaciones a costa de la agotación de fuentes compartidas.
La caña de azúcar es un cultivo que requiere grandes cantidades de agua para su crecimiento. En promedio, se estima que la caña de azúcar necesita entre 1 500 y 2 500 litros de agua por kilogramo de azúcar producido. Esto se traduce en un uso intensivo de recursos hídricos a lo largo del ciclo de cultivo, que generalmente dura entre 12 y 18 meses. En Piura, la demanda de agua se estima entre 2 200 y 2 400 litros por segundo, pero la disponibilidad actual es de apenas 1 500 litros por segundo, agravando la crisis hídrica.
El impacto social y económico es devastador. Pequeños agricultores de cultivos como plátano y limón, que representan más de 30 mil hectáreas en Piura, reportan pérdidas del 20% en producción, equivalente a más de 30 millones de dólares en exportaciones. En cuanto al agua para consumo humano, la población de Piura enfrenta cortes frecuentes y acceso restringido. Más del 60% de las familias reciben agua potable solo por horas al día, que los ha llevado a recurrir a camiones cisterna y motobombas para atender la demanda básica. Sin embargo, estas medidas son insuficientes frente a una crisis estructural que requiere inversiones significativas.
Ante esta situación, la respuesta del gobierno central, liderada por la presidenta Dina Boluarte, ha sido objeto de cuestionamientos. Durante su gestión en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y posteriormente al frente del programa Reconstrucción con Cambios, Boluarte fue criticado por la falta de medidas preventivas y estructurales para enfrentar esta crisis. Ya como presidenta, cambió la estructura del programa, debilitando aún más su capacidad de respuesta ante desastres.
El panorama a futuro es preocupante. Los especialistas advierten que, sin una inversión significativa en infraestructura hídrica, Piura podría enfrentar colapsos recurrentes de su sistema de abastecimiento. Las comunidades agrícolas y urbanas exigen una solución definitiva que garantice el acceso equitativo y sostenible al agua.