El cultivo de arroz podría disminuir un 15% hacia 2050

Con 516 millones de toneladas producidas al cierre de marzo de 2023, el arroz se mantiene como uno de los cultivos más importantes del mundo , ocupando el cuarto lugar después de la soja, el trigo y el maíz, según la FAO.Sin embargo, este cultivo esencial enfrenta serias amenazas debido al cambio climático. Proyecciones indican que la producción mundial podría disminuir un 15% para 2050 , ya que los sistemas agrícolas tradicionales luchan contra fenómenos como la escasez de agua y las alteraciones en las temperaturas.

Este grano, que representa el 7% del comercio mundial de granos, es cultivado principalmente por países asiáticos como China, India, Indonesia y Vietnam. En América del Sur, Brasil lidera la producción, contribuyendo con un 1,5% al ​​total global. Por ello, estos cambios no solo afectan la seguridad alimentaria, sino que también amenazan la riqueza cultural y las tradiciones culinarias asociadas al arroz en diversas comunidades.

Entre las soluciones, destacan métodos agrícolas innovadores como los sistemas integrados en Vietnam, donde se combinan peces y crustáceos en los arrozales para reducir las emisiones de metano y mejorar la biodiversidad. Además, el desarrollo de variedades resistentes a la sequía es una estrategia clave para adaptarse a los nuevos desafíos. Empresas agrícolas como Lundberg Farms también están adoptando prácticas regenerativas que mejoran la calidad del suelo y capturan carbono.

Para muchas culturas, este grano va más allá de la producción alimentaria. Desde platos tradicionales como el sushi en Japón hasta el arroz jollof en África Occidental, el grano símbolo de identidad y resistencia. Por ello, es fundamental promover acciones que combinan sostenibilidad y activismo gastronómico para salvar este recurso vital.

La lucha por garantizar un futuro para el arroz requiere un esfuerzo conjunto de agricultores, científicos y líderes culinarios. Además de ser un alimento esencial, el arroz es un símbolo vivo de historias, tradiciones y comunidades que no deben perderse. Protegerlo significa asegurar tanto la seguridad alimentaria como la preservación de identidades culturales.