La papa: pilar de la seguridad alimentaria y la economía peruana
Este 30 de mayo se celebrará por primera vez el Día Internacional de la Papa, una declaratoria aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Perú se enorgullece de ser la cuna de miles de variedades de papa, un cultivo que se adapta a altitudes que van desde los 200 hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar. La papa se cultiva en diversas regiones, especialmente en los Andes, donde se concentra el 95% de la producción nacional. Las papas nativas, conocidas por sus colores y sabores únicos, son un aporte invaluable a la seguridad alimentaria mundial.
La papa es una fuente esencial de ingresos para más de 711,000 familias de pequeños productores distribuidos en 19 regiones del país. Este cultivo genera más de 25 millones de jornales de trabajo al año, dinamizando la economía regional. En cuanto a la productividad, Arequipa y Ica destacan con rendimientos de 33.5 y 32.2 toneladas por hectárea, respectivamente.
Según Miguel Quevedo, especialista del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), el valor bruto de la producción de papa alcanzó los 8,314 millones de soles, representando el 10.5% del total de la producción agrícola del país. Las principales zonas productoras incluyen Puno, Huánuco, Cusco, Cajamarca, Huancavelica y Junín.
Perú exporta alrededor de diez variedades de papa, incluyendo la amarilla y la nativa, con productos como chips de colores y vodka a base de variedades nativas. Desde el 2020, este país se ha consolidado como un exportador de papa fresca y procesada, alcanzando ventas de 10,590 toneladas en 2023.
Las variedades más demandadas comercialmente son canchán, yungay, andina y única, junto con variedades nativas como Ccecorani, sangre de toro, huayro rojo y leona. Estas variedades no solo contribuyen a la seguridad alimentaria, sino que también enriquecen la gastronomía peruana y global.
El 30 de mayo se celebrará por primera vez el Día Internacional de la Papa, una declaratoria aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este reconocimiento homenajea a los pequeños productores peruanos que han preservado y compartido este alimento esencial con el mundo.
La papa peruana es mucho más que un cultivo; es un pilar de la economía regional y un tesoro biodiverso que contribuye significativamente a la seguridad alimentaria mundial. Su adaptabilidad, valor nutricional y diversidad hacen de la papa un elemento clave para enfrentar los desafíos futuros de la alimentación global. El reconocimiento internacional y el constante esfuerzo de los pequeños productores aseguran que la papa seguirá siendo una fuente vital de sustento y prosperidad para las generaciones venideras.