“Agua de vaca”: una alternativa para reducir el consumo hídrico en el campo
Este subproducto de la leche en polvo puede tener diversas aplicaciones dentro de la industria.
La crisis del agua está llevando a la agricultura y la industria a buscar soluciones innovadoras para enfrentar la escasez de recursos hídricos. Una de las técnicas emergentes es el uso del “agua de vaca”, un subproducto generado durante la producción de leche en polvo. Esta alternativa promete reducir la dependencia del agua potable y mitigar la presión sobre los recursos hídricos cada vez más escasos.
El proceso para obtener agua de vaca implica inyectar leche, compuesta en su mayoría por agua, en un concentrador vertical. En este dispositivo, se separa el agua de los sólidos presentes en la leche, como grasas, proteínas y minerales. De cada cuatro litros de leche, se obtiene aproximadamente tres litros de agua de vaca y un litro de concentrado que se convierte en polvo. Esta técnica no solo proporciona una fuente alternativa de agua, sino que también optimiza el uso de los recursos en la industria láctea.
Un ejemplo significativo de esta práctica se encuentra en una planta de productos lácteos en Saint-Malo, Francia. Esta fábrica reutiliza anualmente 20,000 metros cúbicos de agua de vaca para diversas aplicaciones, como la limpieza de camiones cisterna y el sistema de calefacción. Esta estrategia ha permitido un ahorro de 40,000 euros al año, aunque el potencial de ahorro podría aumentar significativamente con modificaciones en la normativa que faciliten un uso más amplio del agua de vaca.
El uso del agua de vaca no solo representa una solución económica y sostenible, sino que también contribuye a la economía circular al reutilizar subproductos que anteriormente se desechaban. La industria láctea, al adoptar prácticas como esta, puede reducir su impacto ambiental y mejorar la gestión del agua en un contexto de creciente crisis hídrica.
A medida que la escasez de agua se intensifica, iniciativas como la reutilización del agua de vaca subrayan la importancia de adoptar enfoques innovadores y responsables en el manejo de los recursos naturales. Esta técnica emergente podría desempeñar un papel clave en la sostenibilidad futura tanto en la agricultura como en la industria, destacando la necesidad urgente de soluciones efectivas para enfrentar los desafíos del cambio climático.