El aguacate, un negocio con un alto costo medioambiental en México
El precio que el medio ambiente y las comunidades locales han tenido que pagar por el auge del aguacate en México es alto y continúa en aumento.
El aguacate, uno de los principales productos de exportación del sector agrícola y agroindustrial mexicano, ha experimentado un notable crecimiento en los últimos años. Sin embargo, es una de las actividades que mayores consecuencias medioambientales dejan, debido a la tala de árboles ilegal e indiscriminada, daño al subsuelo y grandes cantidades de agua que requiere.
Según cifras proporcionadas por el Banco de México, en 2021 las exportaciones de aguacate alcanzaron un valor de 3 mil 85 millones de dólares, representando un aumento significativo del 14.2 por ciento en comparación con los 2 mil 699 millones registrados en 2020. Este lucrativo negocio ha posicionado al aguacate como el tercer producto agroindustrial más importante exportado por México, superado solamente por la cerveza.
Michoacán, en particular, se ha convertido en el epicentro de la producción de aguacate en México, siendo responsable del 75 por ciento de la producción anual, equivalente a alrededor de 2 millones de toneladas métricas. Sin embargo, este éxito económico viene acompañado de graves consecuencias ambientales y sociales.
El cultivo del aguacate ha llevado a prácticas perjudiciales para el medio ambiente y las comunidades locales, como la tala indiscriminada e ilegal de árboles para la expansión de los terrenos de cultivo. Según el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, cada año se pierden entre 600 y mil hectáreas de bosques con el fin de aguacates plantares. Además, la Secretaría de Urbanismo y Medio Ambiente de Michoacán estima que existen alrededor de 20 mil hectáreas de cultivos ilegales de aguacate en la región.
Uno de los impactos más preocupantes es el consumo excesivo de agua que requiere el cultivo del aguacate. Según la Water Footprint Network, se necesitan aproximadamente 2 mil litros de agua para producir solo un kilo de aguacate. Esta demanda hídrica ha llevado a la escasez de agua en comunidades enteras que albergan extensos campos de aguacate, a menudo de manera ilegal.
El precio que el medio ambiente y las comunidades locales han tenido que pagar por el auge del aguacate en México es alto y continúa en aumento. Es esencial que se adopten medidas para abordar estos problemas y garantizar que el cultivo del aguacate sea sostenible y respetuoso con el entorno en el que se desarrolla.