Demanda de café supera la oferta y dispara precios globales
El precio del café ha aumentado un 57.2% debido a la creciente demanda global y las dificultades climáticas en Brasil y Vietnam, afectando a productores y consumidores.
Colombia, el tercer exportador mundial de café, enfrenta un desafío inesperado: la necesidad de importar grano de otros países debido a la escasez interna y el aumento de precios. El precio del café en Nueva York alcanzó un récord de 2.73 dólares por libra, el más alto desde 2011. Esto ha generado tensiones en el sector, afectando no solo la oferta local, sino también a empresas especializadas como Almigran, que ha visto un aumento del 38% en sus costos de suministro en tan solo una semana.
La escasez de café es un problema global. Vanusia Nogueira, directora de la Organización Internacional del Café, destacó que la producción no ha podido satisfacer la creciente demanda, lo que ha impulsado un alza del 57.2% en los precios desde octubre de 2023. En los últimos dos años, el consumo mundial superó los 21,000 millones de kilos de café, pero la oferta ha sido significativamente menor, con una brecha equivalente al consumo de España durante 69 años. Las dificultades climáticas en Brasil y Vietnam, los principales productores, también han agravado la situación.
En Colombia, empresas cafeteras han tenido que diversificar sus mercados y recurrir a estrategias como la marca blanca para mantener su actividad. Al mismo tiempo, los grandes exportadores y distribuidores están viendo beneficios en la especulación con futuros del café. Sin embargo, los caficultores locales, a pesar del aumento en los precios, no están recibiendo esos beneficios, ya que sus costos de producción también han aumentado.
El impacto global del alza en los precios del café es un reflejo de la volatilidad del mercado, la crisis climática y la creciente demanda. Mientras algunas empresas logran capear el temporal con contratos a largo plazo, las proyecciones para el 2025 son inciertas, con advertencias de que el clima adverso podría continuar afectando la producción. La situación, según expertos, podría seguir presionando los precios, afectando a los consumidores y las cadenas de suministro a nivel global.