Desafíos y estrategias para recuperar el suelo agrícola post inundaciones
Después de una gran inundación, la recuperación del suelo requiere un diagnóstico que aborde propiedades físicas como porosidad y conductividad hidráulica.
La embestida de lluvias e inundaciones siempre dejan miles de hectáreas afectadas. Ante esta crisis, la recuperación del suelo se erige como una prioridad urgente. Expertos de la Universidad de Chile han identificado daños significativos causados por el anegamiento, incluyendo la compactación del suelo, alteraciones en la permeabilidad y cambios en la microtopografía, afectando la capacidad de riego superficial.
El diagnóstico de la condición del terreno se presenta como una tarea crucial en este escenario post inundaciones. El anegamiento provoca una compactación del suelo, volviéndolo más denso y menos esponjoso. Esto, a su vez, priva a las raíces de las plantas de oxígeno, generando complicaciones en la saturación del suelo. La entrada de oxígeno, esencial para la actividad biológica de las plantas, se ralentiza, afectando tanto las raíces como la parte aérea de las mismas.
Para abordar esta problemática, los expertos proponen un diagnóstico detallado de los daños. Esto incluye la evaluación del tipo de anegamiento, la presencia de sedimentos y su espesor, así como la identificación de áreas problemáticas en cada predio afectado. Es fundamental determinar la intensidad del daño, considerando el tiempo que el agua permaneció acumulada y el espesor de la capa de suelo depositada sobre la superficie.
Las estrategias de recuperación post inundaciones se enfocan en restaurar la estructura del suelo y facilitar la aireación. Se sugiere esperar a que el suelo alcance un contenido de humedad adecuado antes de emprender cualquier intervención. Luego, se plantea la aradura profunda para romper la compactación superficial, seguida de la aplicación de sulfato y carbonato de calcio para mejorar la estructura y proporcionar nutrientes esenciales. La incorporación de materia orgánica, como guano de ave o compost, se considera vital para favorecer la recuperación.
Además, se subraya la importancia de evaluar el estado físico y químico del suelo. Se recomienda la extracción de muestras para análisis de laboratorio, abordando propiedades físicas como porosidad total y conductividad hidráulica, así como propiedades químicas como contenido de materia orgánica, nutrientes, pH y posibles presentes de venta.
La recuperación del suelo agrícola tras inundaciones se presenta como un desafío multifacético. Sin embargo, con diagnósticos precisos y estrategias bien delineadas, se espera restaurar la vitalidad de estas tierras y permitir que los sectores afectados recuperen su esplendor.