Los residuos de la platanera impulsan la economía agrícola
La reutilización de desechos de la platanera está revolucionando la sostenibilidad en la agricultura.
La platanera ha sido históricamente una de las plantas más cultivadas y apreciadas globalmente. No solo por sus deliciosos frutos, sino también por los residuos que genera, que pueden ofrecer enormes beneficios ambientales y agrícolas si se gestionan adecuadamente.
En la producción de plátanos, cada planta produce un solo racimo antes de ser cortada, generando residuos vegetales como hojas, pseudotallos y raquis. Tradicionalmente, estos residuos se han considerado inútiles, dejando que se descompongan en el campo o se quemen, prácticas que pueden emitir gases de efecto invernadero y degradar el suelo.
Sin embargo, la creciente conciencia ambiental ha dado lugar a proyectos que gestionan y recuperan estos residuos, transformando este problema en una oportunidad. Un ejemplo destacado es Fibras Naturales Canarias, una empresa española nacida en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Según sus investigaciones, el cultivo del plátano en las Islas Canarias es crucial, ocupando el 22% del área agrícola y alcanzando una producción de 390,925 toneladas en 2018, lo que representa cerca del 50% de la producción europea. Cada año se desechan alrededor de 16,484,371 rolos (desechos).
El pseudotallo de la platanera presenta un alto potencial aprovechable, ya que se pueden extraer fibras vegetales de alta calidad, agua y pulpa; materias primas útiles para fabricar materiales biodegradables en diversos sectores como textil, plástico, automovilístico, construcción, agricultura y acuicultura.
“La platanera es oro. Esta planta nace, crece y cuando bota su racimo de plátano, nosotros recogemos los rolos de las fincas agrícolas para llevarlos a nuestra sede y procesarlos; es decir, los desarmamos, los deshojamos y extraemos fibra natural, pulpa y agua”, explica Néstor Santiago, fundador y CEO de Fibras Naturales Canarias.
La fibra extraída de la platanera es valorada por su resistencia y calidad como bioplástico. La pulpa, con un 75% de materia orgánica, es ideal para diversas plantaciones. Además, los rolos recuperan de 10 a 12 litros de agua con minerales y alto porcentaje de potasio, funcionando como un fertilizante natural.
“La pulpa la vendemos a otros agricultores, por ejemplo, para el cultivo de lechuga, ya que se incorpora fácilmente en esta plantación”, señala el fundador. A nivel económico, actualmente los agricultores ofrecen los desechos de manera gratuita, pero se espera que eventualmente se pague por cada rolo. “De esta manera, el platanero se beneficiará al vender los plátanos y también tendrá un ingreso extra al final del año”, enfatiza.
Transformar lo que antes se consideraba desecho en un recurso valioso es un paso crucial hacia una agricultura más verde y responsable. Este cambio de paradigma no solo beneficia al medio ambiente, sino que también fortalece la economía agrícola y promueve la resiliencia ante el cambio climático.
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