La acuaponía puede reducir hasta en un 90% el consumo hídrico en la agricultura
La acuaponía integra cultivos hidropónicos y cría de peces, reduciendo drásticamente el uso de agua y eliminando la necesidad de fertilizantes químicos.
La seguridad alimentaria mundial enfrenta desafíos crecientes debido al aumento de la población y los impactos del cambio climático, que incrementan la presión sobre los recursos hídricos esenciales para la agricultura. Frente a esta realidad apremiante, la búsqueda de métodos de producción alimentaria innovadores se vuelve crucial.
La agricultura de riego, que abarca el 20% del área cultivada global, desempeña un papel vital al contribuir con el 40% de la producción total de alimentos, aunque consume el 70% del agua extraída a nivel mundial, según datos del Banco Mundial. En contraste, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la acuaponía puede reducir hasta en un 90% el consumo hídrico si lo comparamos con la agricultura de riego.
La acuaponía emerge como una alternativa sostenible al combinar la producción de cultivos hidropónicos y la cría de peces en un sistema simbiótico. Este método, que promueve un ciclo equilibrado y autosuficiente, reduce drásticamente el consumo de agua y elimina la necesidad de fertilizantes químicos.
Sin embargo, “uno de los grandes retos es lograr que en algún momento los productos acuapónicos valgan lo mismo que un producto de agricultura tradicional. Por ahora los costos de producción son un poco más altos y aunque hemos logrado tener una gran aceptación dentro del mercado orgánico, la barrera comercial de competir en costos aún no se ha logrado superar”, señala Witiman Andrés Canacue, CEO de AFO Acuaponía.
Asimismo, Fernando Calleja, director fundador de Acuaponía Verticultiva, destaca la adaptabilidad de diferentes plantas y especies de peces a este sistema, así como su potencial para generar economías de autoconsumo y comunitarias.
A pesar de ello, la capacidad de la acuaponía para proporcionar una respuesta sostenible a la escasez hídrica y producir alimentos más controlados y libres de pesticidas destaca su relevancia en un mundo afectado por el cambio climático.
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